Durante mis viajes por el mundo suelo llevar diarios con el propósito no sólo de escribir lo que experimento y conozco, sino también para controlar el dinero del que dispongo. Estos pequeños textos son “apuntes” que, aunados a las imágenes recogidas, me permiten, al consultarlos, desencadenar mis recuerdos y, a partir de esto, crear crónicas más vívidas con las anécdotas a flor de piel. En el trayecto me he topado con otros viajeros, quienes me enriquecieron con sus relatos y fotografías.

martes, 18 de diciembre de 2012

Retazos de viaje. IV. El día en que me extravié en el metro y, de paso, se me perdió mi madre.








IV.
El día en que me extravié en el metro y, de paso, se me perdió mi madre.
Moscú, Rusia.


Antes de que mi madre y yo conociéramos la Plaza Roja, el Kremlin, la Catedral de San Basilio..., haríamos el recorrido por el célebre metro moscovita y sus hermosas estaciones muy temprano.

El día anterior ya nos habíamos aventurado a viajar por nuestra cuenta en él cuando nos dirigimos al Cementerio de Novodévichi, donde reposan destacadas personalidades de la sociedad rusa.

Descendimos con el grupo en una estación sobre la avenida principal de la ciudad. El guía puntualizó que “si alguien se perdía, el punto de encuentro sería la Plaza Roja”.

A decir verdad, olvidé el nombre de la estación, pero recuerdo que en la pared del fondo del andén había una placa dedicada al novelista Máximo Gorki, donde se ubicaron mi madre y los compañeros de la excursión.

Yo me alejé para tomar algunas fotografías, y cuando me percaté, el grupo había desaparecido.

Mi primer pensamiento fue para mi madre. Hacía tan solo un mes que se había caído y fracturado el tobillo, por lo que su viaje se vio comprometido.

Finalmente viajó sin el yeso ni las muletas, pero con un bastón de madera.

En los días previos, mi tía Laura me había suplicado —bastante afligida: “Por favor, no se te vaya a perder mi hermana.” Yo movía incrédulo la cabeza mientras recordaba sus palabras a kilómetros de distancia.

Después innumerables vicisitudes llegué al punto de reunión mucho antes que los demás.

Caminé una y otra vez por los alrededores hasta que algunas horas después, mientras deambulaba cansado por Krásnaya plóshchad, la Plaza Roja, en una de las esquinas del gigantesco centro comercial GUM, identifiqué a algunos miembros y conversé con ellos brevemente.

A la distancia, a algunos pasos del Museo Histórico, distinguí a una pequeña mujer ataviada con una chamarra que recorría la zona con un bastón desenfadadamente.

¡Era mi madre!

viernes, 21 de septiembre de 2012

Rusiosidades.


“Rusiosidades” —que también podría denominarse como “Rusociodades”— es un álbum que continúa con el tono de otros como “Chuscuriosidades europeas” —que puede consultarse en este blog.

En la cotidianeidad que ofrecen las sociedades actuales, a partir de sus elementos más simples, destaca su inherente ridiculez tanto al ojo como a la lente: los anacronismos —que en el caso de Rusia se dimensionan, donde lo pasado, lo presente y lo por venir comparten el espacio: la época soviética sobrevive, ya en “recuerdo” (souvenir), ya en edificio, ya en automóvil..., en tanto una nación nueva busca abrirse, aprendiendo inglés, copiando y asimilando las modas occidentales, y dilapidando dinero...

Basta con tener la cámara fotográfica preparada para captar los obsequios —a veces en forma de metáfora— de la maldita realidad.







Cempasúchil, la flor de los muertos en México,
en pleno distrito económico de Moscú.




Cartelera rusa.




Matrioska de los Green Bay Packers.
En una tienda de la calle comercial Arbat.




Ana Karénina.




Oso moscovita:

“He estado en Rusia: no hay osos.”





Globalización.




Mensaje.




Puesto de periódicos y revistas 
quiosco, como dicen en España.




Graffiti.




Matrioska.




Geopolítica.




Refrigerio ruso.




Monigotes.





Limos (i) na.




Mismo régimen.




London 2012.




Huevos santos.




Pasado aún presente.





Anuncios.





Bob Marley.





“La supremacía de Bourne”.





Víveres.






“La casa (moscovita) del libro” —antigua librería soviética.





“Encontrando a Nemo”.





El libro abierto del comunismo.




Shakira.




“La Guerra Frita” o el triunfo del capitalismo.




La novia y el tualét.



Museo al aire libre.
Unión Soviética: comunismo y religión.