Si la frase freudiana “Infancia es destino”, es cierta, entonces mi niñez ya comprendía lo por venir.
Durante
la infancia y la adolescencia recorrí mi país por carretera, acompañado por mi
familia. Así conocí gran parte de México. También hicimos un par de viajes a
los Estados Unidos: Los Ángeles y San Antonio.
En
la adultez, a los veintiocho años, comencé con los viajes alrededor del mundo.
Sin embargo, allende las fronteras de mi patria, y a pesar de la lejanía, me
acompañan siempre algunos rasgos que aprendí durante los años en que
vacacionaba en Tlalchapa, Guerrero, el pueblo de mi padre y su familia —así
como de mi abuela materna—, que hice mío en el decurso.
Como
fotógrafo comencé a ser consciente de mis facultades en la universidad. La era
de las cámaras digitales era incipiente, por lo que la mayor parte de mis fotos
de aquella época permanecen en los rollos aún no revelados, o bien en imágenes
impresas que esperan a que las escanee.
Éstas
son sólo algunas de las fotografías captadas en la sierra guerrerense y en el
lugar donde sembraba mi padre cuando era niño: un sitio que me trascendió y
que, infortunadamente, por la violencia y la inseguridad que asolan a este
estado, no visito desde, por lo menos, ocho años.
Extraño,
sobre todo, aquellas caminatas, con halo de expedición, al cerro —acaso por
ello camino incesantemente los lugares que conozco: escuchar y sentir a la
Naturaleza, bajo los rayos del sol abrasador.
En
la segunda parte agrego fotos recogidas en la Ciudad de México, la ciudad que
amo y odio con la misma intensidad, las cuales son una excepción en mi labor
fotográfica. Me explico. En otras ciudades del mundo me aventuro temerariamente
con mis cámaras, cruzadas por debajo de los brazos, cual cartucheras,
enfrentando al miedo. Sin embargo, en mi propia ciudad no me atrevo a portar
una en la calle: quizá porque sé de los riesgos que se corren.
Estas imágenes están llenas de recuerdos; nostalgias que afloran cuando los ojos reconocen los lugares y que, sin saberlo, fueron el origen de lo que posteriormente vendría.
Tlalchapa, Guerrero
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Sembradío de jamaica |
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Río luminoso |
Autorretratos
Composiciones
Ciudad de México
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Hoja de contacto |
Zoológico de Chapultepec
Para Tao Hernández.
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