Durante mis viajes por el mundo suelo llevar diarios con el propósito no sólo de escribir lo que experimento y conozco, sino también para controlar el dinero del que dispongo. Estos pequeños textos son “apuntes” que, aunados a las imágenes recogidas, me permiten, al consultarlos, desencadenar mis recuerdos y, a partir de esto, crear crónicas más vívidas con las anécdotas a flor de piel. En el trayecto me he topado con otros viajeros, quienes me enriquecieron con sus relatos y fotografías.
Frecuentemente experimento una profunda nostalgia por Grecia. La música y la poesía griegas atemperan el sentimiento a veces, y en otras ocasiones simplemente lo acrecientan. Esta maravillosa tierra me hirió de vida, e incesantemente pienso en ella como el enamorado que se prendó de su belleza, albergando la esperanza de volver a verla algún día.
Conocer gente siempre es
un albur. Sin embargo cuando se comulga en ideas, gustos..., dicho encuentro se
torna provechoso e inspirador. Esto precisamente me sucedió respecto Ricardo
Butron, un joven fotógrafo talentosísimo, quien ya comenzó el proceso de
perfeccionar su técnica, lo cual se logra con el tiempo y la práctica. Sin
embargo, Ricardo atesora la habilidad y el sentimiento —que ni con tiempo, ni
práctica se consiguen— para identificar el momento y el lugar idónea para
obtener una imagen conmovedora.
La ascendencia del autor
se remonta al estado de Veracruz; y a partir de aquí, su espíritu de “hombre de
ninguna parte” ha viajado por México, captando instantes dignos de recordar.
Acaso parezca que le
hago un favor a Ricardo al publicar sus fotografías, pero lo cierto es que tanto
ustedes como yo somos afortunados —como en tantas otras ocasiones, gracias a la
generosidad y la confianza de los colaboradores de este espacio— por tener la
oportunidad de disfrutar de esta particular “escritura de luz”. Pero qué mejor
que sea el propio fotógrafo quien nos introduzca en su mundo.
Sierra de Huayacocotla, Veracruz.
Estoy convencido de que
cada sitio, cada lugar, cada punto del universo está precisamente dispuesto y
perfectamente ajustado en una especie de geometría divina. Geometría que el
hombre, dichoso, ha sido capaz de descifrar a través de su lente y que es
cuidadosamente modulada por su corazón. Es entonces la fotografía, para mí, una
delicada composición poética y deleitable para el ojo. Una herramienta básica y
estética para conocer el mundo desde la perspectiva del autor. Perspectiva que
el fotógrafo, con cada fotografía, encuadra parte del universo que entonces le
rodea, seleccionando la parte más significativa y hermosa, digna de ser
mostrada. La fotografía trasciende, tal cual trascienden nuestros viajes en la
vida, cada lugar nuevo significa no sólo el descubrimiento de espacios, gente,
costumbres, culturas nuevas y desconocidas, sino también significa la expansión
terrenal de la mente. Cada viaje, cada camino nuevo que tomamos, no sólo es el
movimiento fugaz de nuestro cuerpo por el espacio. Cada nuevo acontecimiento es
además la extensión espiritual y evocadora de nuestra alma.
Ricardo Butron.
Veracruz
El Tajín
Los Voladores de Papantla
Voladores de Papantla
Villa Rica
Huayacocotla
Estado de México
Nevado de Toluca
Ciudad de México
Vista desde Tlatelolco
Monumento a la Revolución (Mexicana)
Mercado de Sonora
Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla, mejor conocido como La Marquesa