Durante mis viajes por el mundo suelo llevar diarios con el propósito no sólo de escribir lo que experimento y conozco, sino también para controlar el dinero del que dispongo. Estos pequeños textos son “apuntes” que, aunados a las imágenes recogidas, me permiten, al consultarlos, desencadenar mis recuerdos y, a partir de esto, crear crónicas más vívidas con las anécdotas a flor de piel. En el trayecto me he topado con otros viajeros, quienes me enriquecieron con sus relatos y fotografías.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Roma, Italia. Domingo, 10 de abril de 2011.

Domingo, 10 de abril de 2011.
Domenica, 10 aprile 2011.
Roma, Italia.

Mi último día en Roma fue muy provechoso. Lo paradójico es que no haya estado en la ciudad sino por la mañana y la noche.
Por la madrugada salí hacia el Sur de Italia: Pompeya, Nápoles y la Isla de Capri, donde habitara el emperador romano Tiberio.
El día estuvo nublado, por lo que de ida no pude ver el volcán Vesubio, el mismo que sepultara a Pompeya. Hay una epístola de Plinio el Joven que escribe a petición del historiador Cornelio Tácito, donde narra la muerte de su tío, el erudito Plinio el Viejo, el día de la erupción más famosa del volcán.
Pompeya es una ciudad congelada en el tiempo. Las ruinas, los cuerpos petrificados, los restos de vasijas, mosaicos, pinturas...
El sur de Italia es más pobre que el norte —además de que el clima de hoy, le agregó un toque melancólico. Acaso ahora tiene sentido para mí, la analogía del fútbol que ejemplifica estas diferencias regionales. Los equipos ganadores históricos como el AC Milán, el Internacional de Milán, la Juventus de Turín, el Torino, e incluso los clubes capitalinos como la Lazio y la Roma, se sitúan en el centro y el norte... El único equipo que ha podido romper con dicha hegemonía, fue el SSC Napoli en la época de Maradona, Careca, Alemão, Carnevale, Ferrara... Y esto, por supuesto, trascendió el deporte. Este aspecto es muy parecido al de mi país, donde el norte, en general, es más próspero que el sur.
En Capri, por ejemplo, por doquiera se escuchaba en las radios —ya de los comercios, ya de las vagonetas— el partido del Nápoles que busca el scudetto, el campeonato italiano, después de muchos años.
Nápoles me pareció una ciudad sucia y descuidada.
De regreso, por la noche, en el autobús escuché música napolitana, y vi la película “De vacaciones en Roma”, protagonizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck.
Mañana regreso a Francia. Pero antes de llegar a Niza, estaré en Pisa.
Ya falta poco para concluir con este viaje.
Hoy no gasté ningún euro. El dinero es escaso, por lo que espero ya sólo gastarlo en alimentos —al menos hasta regresar a España—, y comprar en Barcelona aunque sea un recuerdo, si dispongo de tiempo.
Ahora a preparar la ropa para Niza y Barcelona.

Reflexiones:
A pesar del tráfico, de la muchedumbre turística, del calor, de sus altos impuestos..., Roma posee cierto encanto —independientemente de los vestigios de la cultura romana antigua— que se mete en los huesos, y genera que quien la conoce, aunque no vuelva, por lo menos se quede para siempre con el sabor de un recuerdo perenne.

22:23 SCDMH

Sólo hay algo más hermoso que una mujer italiana: otra mujer italiana.

22:28 SCDMH

NOTA: Desarrollar el tema sobre “ascensor” y “elevador” (el autor recordará la anécdota con los jóvenes “gachupines”, acaecida en el hotel).


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