Durante mis viajes por el mundo suelo llevar diarios con el propósito no sólo de escribir lo que experimento y conozco, sino también para controlar el dinero del que dispongo. Estos pequeños textos son “apuntes” que, aunados a las imágenes recogidas, me permiten, al consultarlos, desencadenar mis recuerdos y, a partir de esto, crear crónicas más vívidas con las anécdotas a flor de piel. En el trayecto me he topado con otros viajeros, quienes me enriquecieron con sus relatos y fotografías.

viernes, 23 de diciembre de 2011

İstanbul, Türkiye. Estambul, Turquía. Domingo, 09 de noviembre de 2008.

Domingo, 09 de noviembre de 2008.

İstanbul, Türkiye. Estambul, Turquía.



Hoy es el “derby” del fútbol turco: Fenerbahçe contra Galatasaray. “El partido más importante del año”, como me manifestó el encargado de un bar, mientras me invitaba a pasar.

El primer día que caminé por los alrededores del hotel, un par sujetos, quienes me manifestaron que eran amigos y rivales, me presumieron que tenían boletos para el “clásico”.

Hombres y mujeres atentos al televisor con las playeras de sus equipos. Yo caminaba por la calle semivacía del tranvía. Los gritos de los fanáticos se escuchaban por doquier.



Acabo de tomar un baño caliente en la tina. Me relajó muchísimo. Ya no soporto los pies. Mañana es el día más pesado del itinerario aquí en Turquía: la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi...



Hoy conocí dos mezquitas. De hecho, entré a una por primera vez: Yeni Camii o la Mezquita Nueva, con sus casi cuatrocientos años de antigüedad.

Fue una experiencia interesantísima: quitarme los zapatos y cargarlos en una bolsa de plástico dentro del recinto; embarrarme las agujetas con el excremento de las palomas que suelen abarrotar la entrada, y a quienes se debe el nombre popular de “la mezquita de las palomas”.



Crucé el Puente de Gálata, y después me embarqué en un crucero.



Desayuné en el restaurante por la mañana. Comí miel, dátiles, mazapán, huevos, salchichas, yogurt... El menú es variado, no así bueno.



Navegué por el Bósforo, İstanbul Boğazı. Tomé muchas fotos. El aire fue terrible: más fuerte y frío incluso que el de ayer.

Pude conocer sitios impresionantes desde el agua: los palacios de Dolmabahçe, Çırağan y Beylerbeyi —Dolmabahçe Sarayı, Çırağan Sarayı y Beylerbeyi Sarayı, respectivamente. Este último, lo visité después personalmente. La Mezquita de Şemsi Pasha, Şemsi Paşa Camii, fue otra construcción que me deleitó la vista.



Comí diversos platillos marinos en un restaurante desde donde se divisaba el Karadeniz, Mar Negro.



Estuve en Asia y regresé a Europa. Estambul es la única ciudad en el mundo que se localiza en dos continentes.

Pasé por debajo del gigantesco Puente del Bósforo, Boğaziçi Köprüsü, y más tarde regresé a la parte europea en camión a lo largo del Puente del Sultán Mehmet.

Fotografié el Palacio de Beylerbeyi casi por completo, lo cual despertó incluso sospechas en los encargados, quienes me prodigaron miradas desaprobatorias. Pagué 6 YTL, liras turcas, por ingresar la cámara fotográfica.



Por la tarde, el autobús me dejó en el distrito de Beşiktaş, desde donde caminé hasta Ortaköy, pasando por Çırağan.

Comí un taco de cordero, y no degusté las famosas papas con queso, las cuales me hicieron recordar mi infancia, ya que las comí en Helen’s.

Me transporté en el autobús público, y compartí el asiento con una mujer musulmana, quien iba acompañada por su hijo. Una experiencia, si bien cotidiana, enriquecedora, que me permitió sentirme por primera vez un viajero, y no un turista.

Tomé el tranvía posteriormente con dirección a Sultán Ahmed, y así le perdí el miedo al mundo.

Descarté el Palacio de Dolmabahçe para visitarlo el día que tenga libre. Me enteré de que está en remodelación, lo cual limita el acceso a sus habitaciones. Así, contemplo la visita de la Mezquita de Solimán, la Torre de Gálata y la Plaza de Taksim, una vez que haya conocido Santa Sofía. Ojalá me alcance el tiempo.



Me compré unas galletas Ülker y una Cola Turka.



El Fenerbahçe goleó cuatro a uno al Galatasaray. En la televisión es el tema del día.



Vi en la televisión que hubo problemas en Israel. Concretamente, en el interior del Santo Sepulcro, donde hubo golpes.

Me preocupa no sólo por lo que vi, sino también por lo que me comentó un paisano acerca de la situación y el trato de los israelíes.



Apéndice:

Hoy tuve la oportunidad de observar más detalladamente a las mujeres turcas. ¡Son hermosas! Hasta ahora, había visto a la mayoría cubiertas de la cara —aclaro que preferentemente eran adultas. La zona de Beşiktaş congrega no sólo turistas, sino también jóvenes, quienes visten a la usanza occidental. Un barrio lleno de vida.


Jamás había percibido tal contraste entre hombres y mujeres.





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