Durante mis viajes por el mundo suelo llevar diarios con el propósito no sólo de escribir lo que experimento y conozco, sino también para controlar el dinero del que dispongo. Estos pequeños textos son “apuntes” que, aunados a las imágenes recogidas, me permiten, al consultarlos, desencadenar mis recuerdos y, a partir de esto, crear crónicas más vívidas con las anécdotas a flor de piel. En el trayecto me he topado con otros viajeros, quienes me enriquecieron con sus relatos y fotografías.

sábado, 22 de octubre de 2011

Berlín, Alemania. Martes, 29 de marzo de 2011.

Martes, 29 de marzo de 2011.
Dienstag 29. Marz 2011.
Berlin, Deutschland.

—¡Vaya con el racismo y la mala educación de los alemanes! Conociendo y tratando a éstos en su medio, uno se explica por qué fue en esta sociedad donde floreció el nacional socialismo, y donde el racismo se ha desarrollado y perfeccionado.
Después de un trayecto larguísimo desde Ámsterdam, llegué a la capital de Alemania aproximadamente a las seis de la tarde.
En compañía de otros cuatro mexicanos, salí a conocer la ciudad. Nos subimos al U-Bahn, tren subterráneo, y nos bajamos en la estación de Friedrichstraße. Desde ahí caminamos hasta Alexanderplatz. Después de cenar kebab en un restaurante turco, nos trasladamos en autobús hasta Brandenburger Tör, la Puerta de Brandenburgo.

El mesero era turco, de la ciudad de Ankara, y era bastante extrovertido. Coqueteó con un par de jóvenes rusas que llegaron después de nosotros. Le pregunté si había racismo en Alemania, y me contestó con una risa desenfadada —la cual yo sentí fingida, pues su jefe, un alemán, escuchaba desde la cocina: “¡No, en Alemania hay 5 millones de turcos. No hay racismo!”
Regresamos por la noche al hotel, y a decir verdad, me sentía muy incómodo, e incluso experimenté miedo.
                                                              *****
Primero, mis acompañantes se pararon a fotografiar un edificio viejo, y salió cual energúmeno, un ario cretino, gritando: Warum? Warum? [Al. ¿Por qué? ¿por qué?] Es decir, preguntando por qué fotografiaban dicho edificio. Un tanto asustados, guardaron sus cámaras. Una mujer atrajo hacia el interior al sujeto, y proseguimos con nuestro recorrido.
He desempolvado mi alemán, y lo he utilizado. Sin embargo, la gente es muy grosera, aun cuando te esfuerzas por comunicarte con ella en su propio idioma.
Cuando nos subimos al autobús, saludé al chofer: Gute Nacht, Herr!, ¡Buenas noches, señor!, y me respondió con el silencio y la jeta llena de odio.
Antes, una de las señoras con las que salí a pasear por Berlín, se allegó a un par de sujetos a las afueras de la estación de la Plaza de Alejandro, con el propósito de preguntarles dónde podía tomar el autobús para dirigirse a la Puerta de Brandenburgo, y recibió por respuesta, primero la indiferencia, y luego la burla. Ambos tipos le dijeron que no le entendían —aun cuando les había preguntado en inglés—, y después se voltearon a ver entre sí, y se carcajearon.
Algunas horas antes, cerca del hotel, me dirigí respetuosamente a una persona en la calle, y le pregunté por la estación del metro, y me respondió que no sabía. No malinterpreté su reacción sino hasta que regresé al hotel, y analicé, contextualizando, todas las muestras recibidas.
Asimismo, en la calle se percibe el racismo, el desprecio... En la avenida más conocida de la ciudad, Unter den Linden, Bajo los tilos, cerca de la Puerta de Brandenburgo, un sitio asaz turístico, caminan grupos intimidadores de jóvenes neonazis de 12 o 14 años aproximadamente.
¡Malditos racistas de mierda!
P. S. En los puntos de parada de las carreteras alemanas, se acostumbra cobrar la entrada a los sanitarios —servicios, como dicen los españoles—, y al momento de consumir la comida, se presenta el boleto del baño, y se reembolsa el importe del baño.
Gastos:
Comida en Burger King €6, 99
1 refresco €2
Boleto de Berlín €3
Baño de Alexanderplatz €.50
Kebab (Restaurante turco) €4, 89
Paseo en barco por Budapest €40
Bosques austriacos €50
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€107, 38 = $1, 825, 46

Del día: €17, 38 = $295, 46

€441 = $7, 497
(Y con esto tengo que sobrevivir hasta Italia).


1 comentario:

  1. shit, se ve que fue una visita muy malviajosa. yo hubiera pensado que en alemania no existía mas el rasismo y los grupos neonazis eran mucho mas reducidos. aunque mencionas que eran adolecentes. tal vez solo lo hacian por pose y desconocimiento. quién sabe

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